Califleto, un payaso nuestro

Carlos Camellino es Califleto, un payaso que vivió gran parte de su vida en Villa Gobernador Gálvez, no ha vivido de eso sino que ha sido su pasión, actualmente es chofer de colectivo. Su hijo Iván que estudia comunicación en la Escuela Técnica Ingeniero Enrique Gomara, a raíz de cumplirse sus 50 años, nos pregunto si podíamos hacerle una nota. Iván le hizo una entrevista diciéndole que era para un trabajo práctico pero en realidad era para Desarrollo Zonal. Y que mejor homenaje que colocar su nota en el Día del Niño, día que amenizo miles de veces desde distintos puntos en la ciudad.
El payaso Califleto comienza con su vocación a los 18 años, en la ciudad de Rosario, porque él vivía allí en aquella época, todo empezó en un club de barrio "necesitaban unos payasos, había mas de 1000 chicos, y una carpa muy grande en una cancha de básquet. Resulta que los payasos no venían y yo me ofrecí, porque me gustaba"
Asi empezó a dedicarse mas profundamente, teniendo como objetivo hacer reír a la gente, a las personas les gustó el payaso, se divertía con el, ahí fue cuando Califleto se entusiasmo mucho mas, y lo convocaban a actuar en diferentes eventos, fiestas infantiles y cumpleaños.
Recuerda que en una presentación, los chicos preguntaron como se llamaba, y como no tenia nombre, dijo lo primero que se le vino a la mente " como yo me llamo Carlos y me dicen Cali, entonces dije Cali Fletó! , y ahí quedó ese nombre".
Luego de haber participado en escuelas, jardines, cumpleaños, se traslada a Villa Gdor. Gálvez, donde se dedica más a la profesión. "Tuve la posibilidad de estar en Rosario, Gral. Lagos, Santa Fe, Gdro. Baigorria, Arroyo Seco. También fuimos a muchos lugares a beneficio, como el Hogar de Don Orione".
Él se define como "lo mas parecido a un payaso de circo, nací payaso, pero no estudie. Armar un sketch no es fácil, pero como me gusta lo armo enseguida".
Con respecto a quienes lo acompañan, empezó con sus sobrinos y después se sumaron sus hijos "fue creciendo Eliana, Gonzalo, después vino Iván y a Gustavo mucho de payaso no le gustaba y se inclinó mas hacia la percusión, ayudando en las batucadas. Después fueron apareciendo los zancudos patalargas, donde se sumo Iván. Se iba formando un circo, y Norma, mi señora, se ocupaba del vestuario, planchaba las prendas y preparaba todo".
Confiesa que le hubiese gustado trabajar en un circo, viajar, estar de gira, "si hubiese querido lo habría echo, pero lo que pasa es que cuando uno tiene una familia, ya se instala en un lugar y se hace difícil andar de un lado a otro". Es por eso que el quisiera seguir siendo payaso durante muchos años, "hasta que uno vea que es momento de retirarse, pero siempre hay que seguir, mas aun en lo que nos gusta".
El futuro de Califleto es tratar de seguir actuando en muchos lugares, "aprovechar lo que Dios me dio, sacarles una sonrisa. Como esas experiencias con una escuela de chicos especiales, que fue fantástica. Esa obra recorrió muchísimos lugares".
Ahora que se aproxima el Día del Niño, anunció que seguramente se harán presentes en alguna escuela para colaborar y festejar junto con los chicos su día.
Recuerda algunas anécdotas como "cuando fui una vez al jardín de calle Rivadavia aca en VGG, y siempre me ponía los calzoncillos a lunares blancos con puntitos azules. Ese día andaba a los apurones y me olvide de ponérmelos. Entonces cuando estaba ahí, y al payaso se le caen los pantalones me quede en calzoncillo, pero en los míos! Creo que nadie se dio cuenta, pero yo si! Asi que salí corriendo, como parte de la obra".
Otra experiencia inolvidable para Califleto fue la vez que actuaron en la cárcel de mujeres, en la Alcaldía N° 3 del Barrio Refinería, "yo adonde voy, ya estoy vestido de payaso, pintado y todo, así que imagínate. Esperando en la puerta, para que nos dejaran entrar, y la gente que estaba esperando para la visita no entendía nada. Entramos al patio, donde estaban las mujeres detenidas con sus hijos, empezamos la función, la gente quedo muy contenta. La verdad es que he actuado en lugares insólitos".
Además logró compartir escenario con Piñón Fijo, que le dio una participación en su show en el Hipódromo, "estuvimos charlando, y de ahí por Piñon, conocí al Payaso Plin, quien me invito después a Pueblo Esther".
Lo que quiere transmitir "Califleto" es "si te gusta una carrera o tenés una vocación, y querés empezar a involucrarte, hay que seguirlo hasta el final. Darle para adelante, con entusiasmo, lo que sea, hay que proponerse la meta y cumplirla".

Comentarios