Un nuevo vehículo se suma a la flota de Bomberos Voluntarios

Bomberos Voluntarios continúa incrementando unidades a su flota. En este 2010 sumó una escalera hidráulica británica, para rescate y trabajo en altura hasta 30 metros.
Esta nueva unidad, que permite ofrecer un mejor servicio a la ciudad, es apta para cargar hasta 150 kilogramos en el vértice superior de la escalera en la altura y hasta 200 kilogramos máximos de carga en elevación en lo que corresponde al funcionamiento como grúa o púa.
La escalera es un nuevo orgullo para esta institución, que ya en el 2009 incorporó dos autobombas y un vehículo para el traslado de personas. De esta manera, Bomberos Voluntarios de Villa Gdor. Gálvez cuenta con un móvil de rescate, tres autobombas para incendio pesadas (una de ellas cedida al aeropuerto), dos de apoyo para incendios, otra multipropósitos para rescate o incendio, dos vehículos para traslado de personal y la flamante escalera.
Oscar Previtera, presidente de la institución, manifestó ante Desarrollo Zonal (DZ) que uno de sus anhelos era el incremento de la flota, un objetivo que claramente fue logrado.
En este mismo camino seguirá enmarcado durante el 2010, proyectando nuevas metas que apuntan a ampliar la operatividad de los bomberos de la ciudad.
Es así que ya piensa en gestionar un vehículo liviano (posiblemente un cuatriciclo adaptado) para intervenciones rápidas como el incendio de un vehículo. Unidades de este tipo permitirían que un solo bombero esté afectado al siniestro, sin necesidad de movilizar una unidad pesada con varias personas a bordo.
Otro de los proyectos es estudiar la posibilidad de lograr un simulador para que los treinta y tres bomberos activos reciban un mejor entrenamiento. De manera anecdótica, Previtera contó que al llegar la escalera ninguno de los bomberos se animaba a ascender hasta la parte más extrema; llegaban a la mitad y bajaban, hasta que uno tomó coraje y trepó los 30 metros.
Contar con un simulador, si bien es un gasto, constituye un proyecto importante para el entrenamiento práctico que agregarían valor a las permanentes capacitaciones que los voluntarios tienen durante el año.

Descentralización del servicio
El presidente de la institución adelantó a DZ que en las aproximaciones de abril quedará apostada una autobomba en el Parque Industrial de Alvear, unidad que ya está casi a punto para comenzar a operar.
Esta decisión está sustentada en la idea que esa es una posición estratégica ante un siniestro, que permite evitar los casi 30 minutos que lleva el arribo a la zona.
La misma operará de modo inmediato en acontecimientos producidos en el parque, como en el área aledaña.
Para tal fin, se destinarán dos personas con una guardia fija que funcionará durante el horario de trabajo del parque industrial.



Una tarea que no siempre es reconocida
Los bomberos son personas voluntarias que acuden al cuartel ante el llamado de la central. No reciben remuneración a cambio, sólo hacer esta labor en base a su vocación.
«Están expuestos a riesgos continuos, y nadie lo reconoce», manifiesta Marcelo Irigoyen, bombero de Villa Gdor. Gálvez. Además, resalta que la gente, ante su desesperación lógica «no entiende porque se llega tarde».
En este sentido, explica que el personal no está apostado en el cuartel. Cada uno de los treinta y tres voluntarios tienen una actividad laboral y asumen el rol de bombero al momento de ocurrido el siniestro.
Pese a la falta de reconocimiento por parte de la gente, consideran que ellos asumen una imprescindible tarea que vela por el bienestar de los ciudadanos y la ciudad.



Fondos municipales que no llegan
Si bien Irigoyen y el presidente de la institución comentan que hoy la Municipalidad, a través de Defensa Civil, está colaborando de manera permanente en las remociones en los incendios, agilizando el tránsito o perimetrando áreas, la deuda económica con Bomberos Voluntarios es muy importante.
«La municipalidad no está cumpliendo como debería hacerlo. Están adeudando cuatro meses, que para nosotros es un agujero bastante negro porque dependemos de ese subsidio para la ayuda económica que se le da a los cuarteleros», manifiesta Previtera.
Las tres personas que desempeñan esta función trabajan ocho horas diarias, motivo por el cual no es posible suspender la ayuda que se les otorga. Además, de ese fondo «también se desprende algo para el combustible y el mantenimiento».
«Si uno dispondría de ese dinero, hay cosas que si se deterioran se reponen inmediatamente. Uno realiza las cosas voluntariamente y no puede ser que no tenga un casco o ropa apropiada», sostiene Marcelo Irigoyen.
A modo de ejemplo, detalla los costos de algunos elementos necesarios para los siniestros. Menciona que un par de botas cuesta 400 pesos, un tramo de manguera 1.500 pesos y un equipo de incendio 3.500 pesos.
Estas cifras no son gastos excepcionales; por el contrario, la ropa y el calzado se desgasta en cada incendio, y la manguera es normal que esté pinchada porque permanentemente se debe ingresar en sitios que la deterioran.
Como consecuencia de los elevados gastos que soporta la institución, su presidente remarca que los 25 mil pesos que la municipalidad adeuda es una suma que necesita ser incorporada inmediatamente. Las cuotas societarias, el ingreso del aeropuerto y las rifas, entre otros ingresos, no son suficientes para el funcionamiento óptimo.
«Se reclama permanentemente, porque es un dinero que se cobra con el FONDEPRO, que es el fondo de la producción que depende de la Asociación de Comercio e Industria», explica Previtera. Tras realizar estas declaraciones, aclara que no está «en contra de nadie», sólo reclaman los fondos que les corresponden.

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