En cierta excursión, en una zona de montañas, uno de los pequeños se alejó del grupo. Sin darse cuenta los padres, el niño había desaparecido. Tal fue la desesperación, que empezó a buscarlo todo el grupo, y a gritar su nombre. Organizaron la búsqueda dividiéndose, para ir en varias direcciones y poder hallarlo.EC
El guía mira hacia el borde del cerro, y distingue una pequeña figura, que camina en dirección al precipicio. Le grita de inmediato al niño: -Por allí no! Por allí no! (Y le hace señas que regrese…). Luego a esto llegan los otros padres, y a coro le gritan al niño: Por allí no! El pequeño perplejo y aturdido, no sabe si avanzar o retroceder. Da unos pasos adelante, y el corazón de todos se paraliza. Nadie sabe qué hacer… ya que si van corriendo a buscarlo… el niño podría asustarse y también correr… y podría despeñarse al vacío! En eso, llega el padre del niño… y dice a todos: silencio! silencio! Simplemente, se arrodilla, abre los brazos, y con lágrimas llama al niño por su nombre. Este, al ver los brazos abiertos de su padre, entendió que lo estaba llamando… y corrió sin pensarlo a su encuentro para abrazarlo!.
Ningún consejo lo pudo hacer volver sino sólo los “brazos abiertos de su padre”.
Estimado amigo/a:
¿Cuántas veces te han dicho que tienes que dejar tus malos caminos? No has querido escuchar el consejo de aquel familiar o amigo, que quería sólo tu bien. Te has endurecido, y vas caminando, de forma caprichosa al precipicio de tu vida. Dios que ve el peligro te dice: “Vuélvete, vuélvete! Por qué morirás?”. Él no quiere tu mal, sino tu bien. No quiere tu muerte a pesar de la impiedad de tus pecados, sino que extiende sus brazos para hacerte volver. Si muchas voces te han dicho que cambies y no has hecho caso, al menos en este día escucha la voz de Dios, que dice en su Palabra: “No quiero la muerte del impío, sino que se torne de su mal camino”. Dios mandó a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz, por sus pecados. Él es Aquel que “justifica al impío” si pone su fe en Él, como el salvador de su vida. (Romanos 4:5)
¿Hacia dónde vas caminando hoy? Date vuelta, y camina hacia la cruz, y ve a tu Salvador con los brazos abiertos, esperando por ti?
Y… hallarás el perdón que tu alma necesita…
Vuélvete!
Te esperamos los días sábados a las 19.30 hs. en J. D. Perón 2546
MINISTERIO APOSTÓLICO
ALCANZANDO LAS NACIONES
El guía mira hacia el borde del cerro, y distingue una pequeña figura, que camina en dirección al precipicio. Le grita de inmediato al niño: -Por allí no! Por allí no! (Y le hace señas que regrese…). Luego a esto llegan los otros padres, y a coro le gritan al niño: Por allí no! El pequeño perplejo y aturdido, no sabe si avanzar o retroceder. Da unos pasos adelante, y el corazón de todos se paraliza. Nadie sabe qué hacer… ya que si van corriendo a buscarlo… el niño podría asustarse y también correr… y podría despeñarse al vacío! En eso, llega el padre del niño… y dice a todos: silencio! silencio! Simplemente, se arrodilla, abre los brazos, y con lágrimas llama al niño por su nombre. Este, al ver los brazos abiertos de su padre, entendió que lo estaba llamando… y corrió sin pensarlo a su encuentro para abrazarlo!.
Ningún consejo lo pudo hacer volver sino sólo los “brazos abiertos de su padre”.
Estimado amigo/a:
¿Cuántas veces te han dicho que tienes que dejar tus malos caminos? No has querido escuchar el consejo de aquel familiar o amigo, que quería sólo tu bien. Te has endurecido, y vas caminando, de forma caprichosa al precipicio de tu vida. Dios que ve el peligro te dice: “Vuélvete, vuélvete! Por qué morirás?”. Él no quiere tu mal, sino tu bien. No quiere tu muerte a pesar de la impiedad de tus pecados, sino que extiende sus brazos para hacerte volver. Si muchas voces te han dicho que cambies y no has hecho caso, al menos en este día escucha la voz de Dios, que dice en su Palabra: “No quiero la muerte del impío, sino que se torne de su mal camino”. Dios mandó a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz, por sus pecados. Él es Aquel que “justifica al impío” si pone su fe en Él, como el salvador de su vida. (Romanos 4:5)
¿Hacia dónde vas caminando hoy? Date vuelta, y camina hacia la cruz, y ve a tu Salvador con los brazos abiertos, esperando por ti?
Y… hallarás el perdón que tu alma necesita…
Vuélvete!
Te esperamos los días sábados a las 19.30 hs. en J. D. Perón 2546
MINISTERIO APOSTÓLICO
ALCANZANDO LAS NACIONES
Comentarios